02
Varios días habían pasado luego de que Mariana se tropezara
con el actor de mala conducta y de lindos ojos; Kendall. Estaba dedicándose a
hacer el inventario del mes y al evaluar que cantidad de libros tenía, uno en
lo más profundo de la repisa que estaba al fondo del lugar llamó su atención,
ella no tenía idea de que estuviese un libro en ese lugar.
Extendió su mano y lo sacó, toda la cubierta estaba llena de
polvo al punto de que no se divisaba ni la portada del mismo. Lo sacudió y pasó
su mano por la cubierta para quitar el polvo y al ver el título recordó al
sujeto rubio “Reflectores bajo el agua”. Quería
comunicarse con Kendall, la idea de haber encontrado un ejemplar la emocionó pero,
¿cómo contactarlo? No tenía su número telefónico ni una dirección, no sabía
nada de él. Solo su nombre.
Mariana recordó que
podría encontrarlo en la guía telefónica, allí buscaría su nombre y tal
vez conseguiría su número de teléfono o su dirección, pero no fue así. Kendall
tenía bloqueado todo tipo de acceso a su información personal, como era de
esperarse de todo famoso. ¿Ahora qué? Era probable de que él no regresara a la
librería ni mucho menos a Long Beach, estaba solo para filmar una película y como
fue despedido seguro ya estaba de vuelta a su ciudad, posiblemente Los Ángeles,
ya que Hollywood era el hogar de las personas famosas. Sin embargo, la chica
guardó el ejemplar del libro en una repisa cercana, donde pudiera tenerlo al
alcance. En el transcurso del día decidió investigar un poco del chico; alguna
película o aparición en la televisión.
Al colocar en el buscador Google “Kendall Schmidt” se encontró con el nombre de una película
taquillera donde él era protagonista, “Pasiones
pasajeras”. Salió temprano de la
librería y pasó por una tienda de música donde también alquilaban películas.
Buscó y buscó hasta encontrar la película con el nombre que había encontrado en
el internet y se lo llevó a casa, le daba mucha curiosidad saber más acerca de
Kendall, de cómo actuaba.
-Hola primita, ¿cómo te fue hoy? –Le preguntó su primo al
llegar a casa, ella no respondió. -¿Mariana?, ¡Mari!
-Disculpa, ¿qué? –Liam rió.
-Estas embobada con la televisión, ¿qué estás viendo?
-Una película. –Liam arqueó una ceja al ver cómo su prima
estaba tan entretenida mirando aquella película. Dejó su bolso a un lado y se
sentó con ella a ver de qué película se trataba.
-Esa película es muy buena –acotó su primo al reconocer la
película.
-¿Ya la habías visto?
-Si, hace tiempo cuando se estrenó en el cine, ¿de cuando
acá te gusta ver películas?
-Me dio curiosidad ver de qué se trataba.
-Ese chico es asombroso, fue uno de los actores más
cotizados del momento.
-¿Fue? –Preguntó Mariana con interés.
-Si, pero desapareció de la pantalla así, como si nada. Se
rumoraba que iba a tener un regreso triunfal con una película que se está
grabando pero no creo que sea verdad.
-¡Oh!
No pudo decir más nada que esa expresión, entre lo que su
primo Liam le contaba y la película estaba anonada. Estaba fascinada por cómo
ese chico era capaz de entregarse tanto a la actuación, hasta su piel se
erizaba al ver cómo en la película Kendall penetraba la mirada en su
co-estrella. Hasta se podían chasquear los dedos delante de ella pero era casi
imposible que obtuviera una atención a algo que no fuera esa película, o mejor
dicho, a Kendall.
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