15 de diciembre de 2012

DON’T YOU KNOW ME?: Capítulo 6 (Parte 2)

Continuación del capítulo 6.


Mariana sintió un extraño cosquilleo en todo su cuerpo al escuchar lo que Kendall le había dicho. ¿Celoso, porqué? 

-¿Celoso? –Preguntó con voz tartamuda.

-Si Mariana, estaba celoso.

-¿Por qué?

-¿Qué no es obvio? –Suspiró y tomó las manos de la chica –Tú me gustas. Me gusta la manera en que se dibuja la sonrisa en tu rostro, me gusta como te sonrojas cada vez que digo algo sobre ti, me gustan todas esas pequeñas cosas que odias de ti misma y al verte con otro chico no pude evitar sentir celos de ese chico.

-Pero, pero…, no sé que decir.

-Tú fuiste la única que me apoyó en todo momento, cuando estoy cerca de ti siento que todo lo gris y todo lo malo desaparece. No digas nada.


Ambos se quedaron callados y se miraron por unos segundos fijamente a los ojos, Mariana sentía que su corazón latía a mil por hora y sus manos comenzaron a sudar. Kendall cerró sus ojos y abrazó a Mariana, reposó su cabeza en el hombro de la chica intentando cubrirse en ella. Mariana no sabía que haber, tenía a un chico en sus brazos que le había dicho todo lo que sentía por ella. Definitivamente eso nunca le había sucedido antes.

La chica suspiró y llevó una de sus manos hasta la rubia cabellera de Kendall, entrelazó sus dedos en las hebras de cabello y comenzó a acariciarlo. Recostó su mejilla en la cabeza de él y cerró los ojos. Así permanecieron por al menos 20 minutos. Sin nada que decir o hacer, tan solo escuchaban sus respiraciones.

Kendall se separó un poco de Mariana y volvió su vista a sus ojos castaños, miró momentáneamente los labios de la chica y sin poder resistirse, le robó un pequeño beso. Ella le correspondió.


-Kendall, me tengo que ir.

Dijo la chica al terminar el beso.

-Quédate un poco más.

-No puedo, debo irme, ya es tarde.

Kendall apoyó su frente con la de Mariana y botó un poco de aire.

-Esta bien, pero déjame acompañarte.

-No, no es necesario.

-Mariana, no quiero que te vayas sola. Por favor, déjame ir contigo, quiero corroborar que llegarás bien.

-Esta bien Kendall.


El chico rubio sonrió victoriosamente y se encaminaron hasta el departamento de Mariana. Ambos iban callados, no sabían que decir después de ese beso. Kendall sentía un poco de decepción, quería escuchar de Mariana lo mismo que escuchó ella de él, pero la chica no decía nada, tan solo permanecía callada.

Mariana sabía que Kendall estaba un poco triste o desilusionado, ella quiso decirle lo mismo, quería decirle que también le gustaba pero simplemente se congeló. Al Kendall suspirar ella supo que debía hacer algo. Sacó su mano del bolsillo y sin decir nada tomó la mano del chico. Él la miró y ella le regaló una sonrisa, él hizo lo mismo.

Al Kendall sentir cómo la chica tomaba su mano no pudo evitar sonreír. Mordió su labio inferior y se limitó a regalarle una sonrisa. Él sabía que Mariana era una chica muy reservada y apenada, pero estaba seguro de que ella sentía lo mismo por él, aunque no se lo dijera.

Cuando llegaron hasta la entrada del departamento, Kendall tomó la otra mano de Mariana y volvió a sonreír, ella agachó la mirada con las mejillas coloradas y también sonrió.


-Hasta mañana Kendall.

-Hasta mañana linda.


Tras decir eso, se acercó un poco y le dio un pequeño beso en la mejilla, al hacerlo, Mariana cerró sus ojos y suspiró suavemente. Volvieron a intercambiar sonrisas y ella se adentró hasta su hogar. Kendall retomó el camino al hotel con un paso apresurado.

Mariana cerró la puerta y se recostó a ella para luego sonreír. Llevó su mano hasta su mejilla, donde Kendall le había besado, y luego pasó dos de sus dedos por sus labios, recordando el beso que le había dado Kendall.

-Que tierno es. –Susurró y sonrió. Posteriormente subió las escaleras hasta su habitación sin dejar de pensar en todo lo que había sucedido.


Nota de la escritora: Por favor, si has leído éste capítulo, califícalo según tu criterio y comenta. Todos los derechos son reservados. S93N © 2012 .

14 de diciembre de 2012

DON’T YOU KNOW ME?: Capítulo 6 (Parte 1)


06

Luego de lo que había sucedido con su primo, Mariana y Liam se estaban llevando mejor. Incluso la chica tuvo que confesarle a su primo que seguía frecuentando  a Kendall y que le había mentido un par de veces. Al principio Liam se molestó pero no tuvo otra opción que confiar en su prima.


Pasó un mes y Kendall seguía en California Heights, los rumores y escándalos habían cesado pero quería quedarse un poco más en ese lugar. Realmente su mayor motivo era aquella chica castaña que sin querer estaba comenzando a robarse el corazón de aquel actor fanfarrón y egocéntrico, según lo decía la farándula, cosa que no era cierta. Mariana había descubierto a un Kendall Schmidt que nadie conocía, era un chico muy tierno y divertido, un chico que por las noches se colocaba anteojos para gozar de una buena lectura.


Una tarde de otoño, Kendall decidió distraerse un poco. Fue hasta una pista de patinaje que había en la ciudad, para su sorpresa, se encontró a Mariana. El chico pensó que era una linda coincidencia hasta que vio a un chico castaño rodearla por la cintura y darle una vuelta mientras patinaban. Frunció el seño y una sensación de enojo lo embargó, se dio media vuelta y se retiró muy molesto, o simplemente estaba hasta los cabellos de celos.


<<No entiendo, ¿porqué no puede llegar hasta donde estaban? –Pensó - ¿Quién es ese chico? ¿Por qué me molesta tanto? Estúpida chica>>


La imagen de Liam abriendo la puerta del departamento de Mariana en ropa interior se le venía  a la cabeza. Eso le hacía hervir la sangre. Tan solo al llegar a su habitación le proporcionó un fuerte golpe a la almohada de su cama pero por desgracia, terminó golpeándose la mano con la cabecilla de madera de la cama. Maldijo al ver que sus nudillos comenzaban a sangrar.


Días más tarde,  al ver que Kendall no se aparecía en la librería, Mariana decidió ir a visitarlo. Al cerrar la tienda, subió por una chaqueta y le dejó una nota a su primo, quién salió  con unos amigos a cenar. La chica hundió sus manos en los bolsillos de la chaqueta de mangas largas y caminó con la vista al suelo. Ya el invierno se acercaba y el frío comenzaba a inundar las calles de California Heights.


-Hola Kendall.

Saludó Mariana con una pequeña sonrisa al joven actor, quién se mostró sorprendido de verla y a su vez, un poco fastidiado.

-Hola, ¿qué haces aquí?

-¿Puedo pasar?

El chico asintió levemente y cerró la puerta tras al haber pasado su amiga.

-¿Qué sucede Mariana? –Preguntó a secas, como si no le importase lo que la chica estaba haciendo allí.

-Sólo quería verte.


Comentó con un toque de inocencia y dulzura. Kendall internamente estaba tan contento de escucharla decir eso pero se mostraba serio y antipático por fuera. Intentaba no demostrarle nada a ella.


-Ah. –Bufó.

-Kendall, ¿qué te sucede?

-Nada.

-¿Nada? Apenas y me diriges la palabra, ¿te molesta que haya venido? – Él se mantuvo en silencio. -¡Respóndeme!

-¿Quién es él?

-¿Ah?


La chica estaba totalmente confundida, no entendía a lo que se estaba refiriendo su amigo.


-Kendall, no te entiendo.

-¿Quién es él, quién es? –Preguntó con desespero.

-¿Quién es quién?

-¡El chico! El que salió desnudo ese día a abrir la puerta de tu departamento, el chico ese que siempre mencionas, con el que estabas aquel día en la pista de patinaje, ¡¿quién es?!

-¿Te refieres a Liam?

-Si, ese. Como se llame. –Murmuró. La chica sólo empezó a reír. -¿Qué, ahora te ríes? Claro, te burlas de mí.

-Kendall, Liam es mi primo.

-¿Ah? –Abrió sus ojos como platos.

-Si, es mi primo. Vivimos juntos desde hace muchos años atrás.


Kendall sintió un ardor muy fuerte en sus mejillas, estaba totalmente sonrojado, le había montado un escándalo a Mariana, o mejor dicho, le hizo una escena de celos.


-Oh, discúlpame, de verdad.


Dijo apenado y la chica volvió a reír. Se sentó a su lado y suspiró.


-Oh, Kendall Schmidt, ¿me estás siguiendo? ¿Cómo supiste que estaba en la pista de patinaje el otro día, me estás espiando?

-No, fue solo casualidad.

-¿Y porqué no fuiste a saludar? – El chico frunció el ceño –Espera, no me digas que te fuiste molesto, ¿cierto?

-No, bueno un poco. ¿Por qué no me dijiste que era tu primo?

-Nunca me diste la oportunidad de presentártelo. Siempre te ibas furioso cuando me encontrabas con Liam. ¿Por qué?

-¿Quieres saber la verdad? – La chica asintió – Cada vez que te veía con él me ponía celoso.


Mariana sintió un extraño cosquilleo en todo su cuerpo al escuchar lo que Kendall le había dicho. ¿Celoso, porqué? 





Pronto continúo con la parte 2 (: xx.
Nota de la escritora: Por favor, si has leído éste capítulo, califícalo según tu criterio y comenta. Todos los derechos son reservados. S93N © 2012 . 

13 de diciembre de 2012

Confesiones

No hay nada peor que estar en una fiesta con tus compañeros de clases después de un estresante semestre de clases, estás disfrutando y riéndote un rato. Después de 19 años de vida sigues siendo sometido bajo el poder de tus padres, una especie de dictadura. Apenas faltaban dos horas y tanto para media noche, y tu madre se pone estúpidamente histérica porque no has llegado a casa y manda a tu hermano mayor a buscarte. Intentas tomar todo con calma pero con mucho coraje ni siquiera le dirigiste la palabra a nadie. Al apagar todas las luces de la casa, cuando ya todos dormían, abres la puerta del refrigerador y te sientas en el suelo frente a él, sólo te iluminaba la luz del refrigerador inundado en un silencio total. Tomas un par de salchichas y una gaseosa, comes eso con lágrimas derramadas en tus mejillas del coraje y la rabias que sientes por lo que hizo tu mamá. El tanto coraje es porque sólo tienes derecho a desvelarte para estudiar y a salir sólo para hacer trabajos y tareas de la universidad. No tienes derecho a salir un rato a divertirte con tus amigos porque ya que tu madre tampoco pudo hacer eso quiere que tu tampoco puedas disfrutar un poco. Simplemente injusto...


Eso y muchas cosas más me han pasado en el transcurso de mi vida. Cosas que he tenido que soportar, no sólo recibí Bullying de mis compañeros en secundaria sino que indirectamente sigo recibiéndolo, peor, por parte de mi familia. Y que tu madre no tenga confianza en ti, es lo más doloroso que puedes vivir, te parte el alma entera.

26 de noviembre de 2012

DON’T YOU KNOW ME?: Capítulo 5


05


En  semanas Liam y Mariana seguían discutiendo, cada vez que se veían se gritaban. Liam llegó a prohibirle a su prima volver a encontrarse con Kendall, él pensaba que Mariana le estaba cumpliendo pero no era así. Lo que su primo no sabía era que ella sí se estaba viendo con Kendall, se encontraban en lugares pocos visitados, hasta fuera de Long Beach habían escapado.


-“Oh Mathew, mi corazón no puede soportar tanto dolor, mis ojos llorarán al presenciar tu partida. Por favor amado mío, no me dejes en ésta noche, llena de desasosiego”.


Hablaba Mariana con una voz sobreactuaba, tomándole la mano a Kendall y con la otra sostenía un libreto. Desde hacía ya una semana Mariana cerraba la librería a las 4 de la tarde y se iba al hotel donde estaba hospedado Kendall, cuando no se iban a otro lado, y regresaba a su departamento justo  a las 6 de la tarde par a que Liam no pudiera sospechar nada. Éstos se ponían a conversar y jugar videojuegos hasta que Mariana un día encontró un par de sus libretos en una caja. Desde entonces, se pasaban la tarde haciendo personajes.


-“Pero, amada mía debo marcharme, debo luchar por la libertad de nuestro país. No podemos permitir que Irak de apodere de nuestros frutos, nuestros logros y de nuestra independencia. Prometo que siempre te escribiré y el día que no lo haga, ese día habré muerto luchando por mi patria”.

Agregó Kendall actuando como un soldado a punto de abandonar a su esposa. Él habló manteniendo su pecho en alto y su mirada en Mariana. Miraba con sus penetrantes ojos a la chica, quién se estremecía por dentro y se mantenía calmada por fuera. Ambos se rieron cuando Mariana se equivocó en una línea y se dejaron caer al sofá de la habitación residencial de Kendall. Suspiraron.

-Es divertido hacer esto contigo Kendall –le confesó la chica.

-Yo nunca pensé que actuar sería divertido, tú haces que sea divertido.

-Me hubiera gustado verte protagonizar esta película –murmuró.

-Yo también –el chico volvió a suspirar –espero que Spielberg reconsidere la oferta. ¡Maldigo la hora en que me encontré con esa loca!

-Ya no sigas diciendo eso. Ya no más, sabes que no me gusta verte así.


Lo miró con una especie de tristeza y ternura al mismo tiempo. Luego, reposó su cabeza en el hombro del chico y lo abrazó, él no tardó en responderle el abrazo pasando su brazo por la cintura de la chica.


-Cada día que paso contigo puedo asegurar que  eres la chica más dulce de éste mundo. Mariana, quiero confesarte algo –profirió mientras acariciaba su cabello – Tú…, tu me gustas. 

-Al decir eso, con valentía, esperaba que ella pudiera responderle pero pasaban los segundos y ella seguía callada. -¿Mariana? ¿Acaso no dirás nada?


Al girar su vista se dio cuenta que Mariana se había quedado dormida en sus brazos. Éste simplemente rió por lo bajo y besó su cabeza. Se mantuvo allí junto a ella durante un largo rato. De alguna manera estaba disfrutando estar con ella.


Y así pasó la noche, Kendall no se movía porque no quería despertarla. De alguna manera, se sentía a gusto y tranquilo al ver el rostro de Mariana tan inocente, irradiando dulzura. 


Mariana sentía los ojos pesados, quería abrirlos pero le era difícil, tomó aire, se dio vuelta y comenzó a abrir los ojos. Lenta y constantemente al parpadear iba apareciendo ante ella el rostro dormido de Kendall, ella sonrió sin aún percatarse de que ya había amanecido y mucho menos de que Kendall la había llevado en brazos la noche anterior hasta su cama.


No dejaba de mirar a Kendall pero cuando éste comenzó a despertar y mirar a la chica a los ojos, instantáneamente Mariana sintió un revoloteo en su estómago.


-Buenos días Mari –susurró Kendall con su voz adormilada. En ese momento, al Mariana escuchar “Buenos días” abrió sus ojos como platos al darse cuenta de había pasado la noche con Kendall, es decir, no llegó a dormir a su casa. ¡Liam iba a matarla! Se levantó exaltada de la cama.

-¡Oh Dios, oh Dios, oh Dios! –Repitió constantemente –Kendall, Kendall, Kendall. ¿Por qué no me despertaste, cómo pude quedarme dormida? Liam se va a dar cuenta de que no llegué a dormir. –Dijo con desespero y preocupación.

-¿Liam? ¿Quién es Liam, es el mismo que salió esa mañana a abrirme la puerta desnudo?

-¡Sí! –Exclamó ella mientras se levantaba de la cama y se arreglaba para irse.

-¿Y qué sucede con él? –Preguntó nuevamente acerca del primo de la chica.

-Kendall, ¿no entiendes? No llegué a dormir, tengo que ver que excusa le doy para que no se enoje –recogió su pequeña bolsa y abrió la puerta de la habitación de Kendall.

-Mariana, ¡espera! -La detuvo antes de que ella saliera.

-Lo siento, debo irme ahora.


Le besó fugazmente la mejilla y se fue, Kendall observó como la chica se alejaba por el pasillo y suspiró. Cerró la puerta y se lanzó en la cama soltando un bufido. No podía dejar de pensar quién era Liam. Nunca se lo preguntó a Mariana y ahora la duda lo estaba matando.
¿Su novio? ¿Qué eran? Eso pensaba el chico rubio, su mente maquinaba sin saber que aquel muchacho castaño era el primo de Mariana.


Para su suerte, Mariana se las ingenió para decirle a su  primo que estaba haciendo un inventario en la librería y se quedó dormida sin darse cuenta. Al parecer él le creyó, pues no le reclamó nada. Se duchó rápidamente y cuando estaba a punto de irse algo llamó su atención haciendo que su corazón se llenara de nostalgia, Liam estaba sentado en la barra de la cocina dándole vueltas al tenedor mientras jugaba con su desayuno, la mirada baja y llena de tristeza.


-Primo  -agregó la chica con un tono desanimado al mismo tiempo en que se incorporaba a la mesa -¿Qué tienes? –Él se mantuvo en silencio. –Por favor, habla conmigo. Sé que no hemos actuado de la mejor manera pero no quiero verte así, sabes que más que un primo eres mi hermano y te quiero –ella lo tomó de la mano.


Liam levantó la mirada hasta encontrarse con la de su prima, sus ojos estaban llenos de lágrimas.


-Lo siento Mariana. –Al decir eso, su prima no aguantó más y se acercó para abrazarlo, él le correspondió el abrazo.

-No quiero pelear contigo, eres demasiado valioso como para perderte por una tontería Liam.

Esa mañana Mariana no trabajó, pues su primo había terminado la relación que tenía con su novia y estaba desolado. La chica decidió dejarlo por otro hombre más “adinerado y atractivo”.


Nota de la escritora: Por favor, si has leído éste capítulo, califícalo según tu criterio y comenta. Todos los derechos son reservados. S93N © 2012 .


Hola visitantes de mi blog, 
quería pedirles disculpas a quienes leen la novela que actualmente estoy subiendo, ya que tenía tiempo sin actualizar un nuevo capítulo.
Cursar la universidad en los últimos semestres de mi carrera me han dado mucho de que ocuparme, haciendo que olvidara por completo este lugar.


Pronto saldré de vacaciones así que actualizaré más seguido.
Disfruten su visita y no olviden manifestar su presencia
porque sinceramente siento que las visitas la hacen fantasmas
jkasjklasjkl c(:


Besos.

29 de octubre de 2012

DON’T YOU KNOW ME?: Capítulo 4



04

-Bueno, si sigue frecuentando más sus terapias pronto tendremos buenos resultados –les  dijo el médico a las Donovan cuando estaban por salir de su consultorio, al finalizar la terapia.

-Eso esperamos Dr. Denzell, solo queremos que mi mamá pueda, algún día volver a caminar –acotó Chanel.

-Nos vemos dentro de un mes Dr., gracias por todo –le agradeció Mariana.


Chanel, Mariana y su madre salieron muy contentas de la  terapia, su mamá estaba progresando cada vez que asistía y eso le hacía ver a Mariana que debía esforzarse más por obtener el dinero necesario y no dejar que Liam les diera dinero como esa vez.  Como era período escolar, las ventas en la librería subieron, gracias al ingenio de Mariana de incorporar libros para toda clase de grados y carreras y no dejar la librería solo en libros de lectura clásica y novelas contemporáneas.

Mariana estaba acomodando la nueva mercancía en los estantes. Los libros que tenían poca demanda comenzó a subirlos en lo más alto de los estantes. Consiguió una gran escalera y la hizo reposar en el estante para subirse hasta el tope y guardar una colección de libros muy antigua allí, la escalera tambaleó un poco cuando comenzó a subirse pero pudo estabilizarla, claro, era más seguro que alguien la estuviera sosteniendo por si acaso. La campana de la puerta avisó que alguien había entrado a la librería.


-¿Hola? –preguntó la persona quién entró.

-¿Se le ofrece algo?

-Si, quería saber si tiene un libro que ando buscando disculpe, ¿dónde se encuentra?

-¡Aquí al fondo! –le respondió Mariana en voz alta, para que pudiera escucharla. Ella sintió los pasos de la persona acercándose pero no quitaba la vista de los libros que estaba acomodando. -¿Qué libro estaba buscando? –le preguntó sabiendo que la persona estaba justo  debajo de ella.

-Busco un libro llamado “Reflectores bajo el agua”. –Cuando Mariana escuchó ese nombre y la voz de la persona ya estando cerca de ella abrió sus ojos como platos y tambaleó de la escalera a tal punto de perder el equilibrio y caer, para su suerte, la persona que estaba debajo de ella pudo atraparla aunque casi cayó al suelo al hacerlo.

-¡Kendall! –Exclamó Mariana al ver quién la sujetaba era el mismísimo Kendall.

-Hola –le dijo él con una sonrisa, seguidamente la bajó de sus brazos. –Estás de suerte que soy bueno atrapando cosas, sino ambos estuviéramos mínimo fracturados.

-No soy una cosa –le respondió mientras arreglaba su ropa -¿Qué haces aquí?

-Pues vine a verte.

-¿A verme? –La chica se sonrojó y se puso un poco nerviosa al escuchar lo que Kendall recién le había dicho.

-Si, bueno… ¿Podemos hablar en otra parte?

-Falta una hora todavía para que pueda cerrar la librería –hizo una mueca a un costado de su boca.

-Okey, entonces –se sentó en el escritorio que estaba al lado de la recepción –yo espero.


Mariana no supo como actuar ante eso que había hecho Kendall, simplemente dejó que pasara el tiempo sentado en esa silla mientras ella seguía ordenando los libros nuevos que habían llegado. Pasó la hora para que Mariana cerrara el local y caminaron por las calles de California Heights, ya el sol comenzaba a ocultarse y la noche hizo presencia, ellos solo seguían caminando.


-Pensé que nunca volvería a verte –musitó ella.

-¿Porqué dices eso?

-Te fuiste sin despedirte y no supe más de ti en éste tiempo que ha pasado.

-¿Tenía que despedirme de ti? –Preguntó confundido. Ella sólo se encogió de hombros.


Se sentaron en el banco de un parque que estaba por los alrededores para poder hablar, ella frotó sus manos para propagar un poco de calor, ya que la noche estaba muy fría. Al percatarse de eso, Kendall se quitó su chaqueta de cuero y se la colocó a ella sobre su espalda.


-Gracias. Kendall, ¿qué querías hablar?

-¿Hablar? No, yo solo quería verte –ella se ruborizó. –No me preguntes porqué, simplemente  quería volver a verte. Es extraño pero, cuando estoy contigo siento que puedo ser yo mismo. -Él la miró y le dedicó una pequeña sonrisa, Mariana no podía ni hablar, estaba atónita por lo que Kendall le confesaba. -¿No vas a decir nada?

-Es que… Bueno yo… -suspiró e intentó hablar nuevamente- Eso que acabas de decir es muy bonito, gracias.

-Es que, es tan diferente cuando estoy con personas cercanas a mí a cuando estoy frente a la mira de los fotógrafos desquiciados, las cámaras, los entrevistadores… Tienes que aparentar ser algo que no eres y cuidarte de que no hagan algo mal porque pueden llegar a destruir tu carrera en segundos.

-¿Porqué eso último lo dijiste con desánimo? ¿Acaso hicieron eso contigo?

-¿No te has enterado de nada, uh? –Ella agitó su cabeza negando ante su pregunta –Bueno, ayer pasó algo muy desagradable en Los Ángeles, los paparazzi hicieron lo suyo y ya mi carrera va cuesta abajo.

-¿Qué sucedió? –Preguntó con curiosidad. Él tomó aire.

-Una chica realmente fastidiosa comenzó a perseguirme mientras caminaba de regreso a mi casa, mientras más me apresuraba ella más se acercaba. De un momento a otro la chica me alcanzó y comenzó a tocarme y hacerme preguntas desesperadamente, incluso intentó besarme a la fuerza, ¡era una maniática!

-¿Y tú que hiciste?

-La tomé del brazo con mucha brusquedad e intenté alejarla de mi, al parecer un paparazzi andaba cerca y tomó fotos cuando yo la forzaba a alejar a la chica de mí, al día siguiente, o sea hoy, salió por todas partes que yo quise abusar sexualmente de la chica rara esa.

-¡Oh por Dios!

-Si, y lo peor era que mi representante estaba por conseguirme un gran papel en una película de Steven Spielberg. Ahora con eso que publicaron todos los periódicos y revistas, todas las ofertas de personajes fueron canceladas por los directores y productores de las películas y series de televisión.

-Lo siento mucho –colocó su mano en el hombro de él.

-Por eso estoy aquí –susurró con la mirada clavada en el suelo. – Aunque te parezca extraño eres la única persona en quien puedo confiar Mariana.


Mariana lo observó detenidamente y se encontró con sus ojos hermosamente verdes, no sabía que decir ni cómo consolarlo pues no tenía idea de que podría sentir él en aquel momento, tan solo lo abrazó y le murmuró un “Lo siento tanto”. Pasaron unos minutos más y Mariana le sugirió que regresaran, pues ya se estaba haciendo tarde y Liam seguramente estaría preocupado.

Al estar en la puerta de su departamento, se despidió de Kendall y él continuó su camino al hotel donde estaba hospedado con un paso apresurado. Ahora a Mariana le tocaría soportar las preguntas de su primo Liam.


-¡Vaya, vaya! Hasta que llegas prima, ¿dónde estabas? Ya me estaba preocupando.

-Salí a dar una vuelta.

-¿Sola? –Ella asintió. –Que extraño, no te vi salir de aquí con esa chaqueta, de hecho, ni siquiera es tuya. Más te vale decirme la verdad.

-La dejaron en la librería y me la traje.

-Mariana –susurró Liam con autoridad –dime la verdad.


Ella profirió en voz baja y pensó en algún tipo de excusa pero no se le pudo ocurrir nada, tuvo que contarle la verdad a su primo.


-Estaba con Kendall.

-¿Qué? ¿Estás loca? ¡En las noticias salió que intentó violar a una de sus admiradoras Mariana!

-¡Eso es mentira! –Lo defendió.

-¡¿Y cómo estás segura de que no te está mintiendo para aprovecharse de ti?!

-¡Yo sé que no es así, él no es así!


La discusión se tornó más intensa, al punto que ambos se gritaban sin control. Quizás Liam estaba siendo muy exagerado, quizás Mariana estaba muy a la defensiva. -“¡Eres un idiota Liam!” Fue lo último que dijo la chica antes de subir hecha una furia y dar un fuerte golpe a la puerta de su cuarto al cerrarla.

Esa noche ni siquiera bajó a cenar y al día siguiente ignoró completamente a su primo.








Nota de la escritora: Por favor, si has leído éste capítulo, califícalo según tu criterio y comenta. Todos los derechos son reservados. S93N © 2012 .

25 de octubre de 2012

Untitle

Éste blog es prácticamente un diario abierto acerca de mi, hay cosas escritas que muchas personas no conocen de Stefania Notararigo... Bueno, muy poco publico de lo que sucede en mi vida cotidiana pero quiero compartir mis observaciones, observaciones que me hicieron sacar mis propias conclusiones de cómo es el mundo de los estudiantes.


Primero que nada está el grupo de amigos que, al principio están contigo a todo momento, te apoyan, te quieren y al final del día, son personas con doble personalidad, te sacan todas las cosas que han hecho por ti e incluso te cobran los favores que te han hecho y los que siempre quieren ser los mejores en todo. Son los competidores número 1 del grupo Best Friends Forever qué, comúnmente este grupo está conformado sólo por chicas, a simple vista se ve que se adoran, se apoyan, se quieren, se categorizan como "las más inteligentes" y después de que llevas semanas estudiando su comportamiento, te das cuenta que son un grupo de fieras que cada una tiene el objetivo de ser mejor que la otra y superar a las demás. Aquellas "amigas" que te dan supuestos consejos que son capaces de herirte, "consejos" con sentido de burla. Es muy común que entre éste grupo se encuentre la líder, sus fieles seguidoras, las poco intelectuales y las que detestan algunas cosas de su líder y perras falderas. La líder quiere hacerse la buena samaritana, la que ayuda a todo el mundo sin nada a cambio, es inteligente, bonita y es un poco religiosa pero en el fondo es sólo una presumida que quiere sentirse y hacer sentir  a los demás que ella es superior a todos, sus seguidoras sienten que "su líder" es su ejemplo a seguir e incluso la imitan, las poco intelectuales y las que detestan unas que otras cosas, son aquellas que se esfuerzan por conseguir lo que quieren pero odian que su "líder" las haga sentir inferior... Sin embargo, siguen en el grupo, son inseparables y piensan que TODOS les tienen envidia.

Si observas bien, te das cuenta de que están los tímidos, aquellos que no les gusta hablar e interactuar con nadie, los que son flojos para estudiar y los que intentan superarse. Nunca falta una chica que haya tenido "un pasado" y que haya sido fichada por los demás, siempre existen rumores acerca de ella, es mal juzgada pero no les importa que le pasa en su vida o qué le pasó, también está la ruda, la que no se queda callada y dice todo sin importar las consecuencias de sus palabras, ella es fuerte, valiente pero de vez en cuando los problemas acaban con su autoestima. Naturalmente es una gran amiga. Oh, pero no olviden a aquellos que quieren ser aceptados, hacen o se comportan como los demás para que sus compañeros los acepten.

También están los chicos, entre los más destacados está el vanidoso y fiestero, el que sabe mucho y el mentiroso que siempre tiene buenas excusas para salvarse de algún problema.

Por último están las personas de mi tipo (ojo, no es alarde ni arrogancia. Solo especificaciones). Generalmente son aquellas chicas que no les gusta ser presumidas y que prefieren quedarse calladas pero en algún momento explotan. Está llena de problemas pero continúa adelante, es típico que ésta clase de personas sufra de burlas y sea un blanco "chistoso" porque se muestran como son auténticamente, por lo general, no les importa lo que diga la gente acerca de ellos, sólo les importa hacer lo que les gusta.



El mundo del estudiante es muy complicado de entender, sin embargo me he tomado la molestia de observar dicho comportamiento en mi universidad en general. En cada aula de clases existen estas tribus (por así llamarles). Aclaro, que no hablo de personas específicas, hablo en general. Si alguien se siente ofendido o le duela lo que le dije posiblemente sea porque haya comido ají.  "El que se pica, es porque ají come".



Muchos cariños y bendiciones:
-Stefania Notararigo.

15 de octubre de 2012

DON’T YOU KNOW ME?: Capítulo 3


03


La nostalgia siempre se apoderaba de Mariana, las ganas de volver a estudiar la invadían cada vez que llegaba un estudiante a su librería preguntando o comprando un libro para su clase, pero no podía hacer nada, debía trabajar para que su madre pudiera ir a las terapias que necesitaba para poder recuperar la movilidad en sus piernas. Chanel también trabajaba pero a veces no era suficiente para cubrir todos los gastos, incluyendo los del hogar, por suerte para Mariana, Liam le aportaba dinero para la comida y los artículos necesarios para ambos poder vivir a gusto en su departamento.


Fue un día largo en la librería, hubo muy pocas ventas y cada vez que eso sucedía Mariana subía desanimada a su departamento. Ya le tocaba llevar a su madre a San Diego para hacer su terapia mensual en las piernas.



-Ánimos prima, quita esa carita –le animó su primo al sentarse en la mesa de la cocina a cenar.

-Ay Liam, es que nos hace falta 350 dólares para poder completar el dinero de la terapia –dijo con la mirada triste y preocupada.

-Yo te los puedo prestar.

-No, tu tienes tus propios gastos, no quiero que tengas más gastos y por mi culpa.

-Por eso no te preocupes, es más ni si quiera te los voy a prestar, te voy a dar ese dinero.

-¿Qué? Ni se te ocurra –se opuso ante la propuesta de su primo.

-Mariana –tomó una de sus manos –no seas orgullosa, acéptalo por mi tía, no por ti.


Mariana suspiró.


-Está bien primo, gracias.


Liam se levantó de la mesa y se dirigió hasta donde estaba su prima para darle un abrazo. Ella tan solo se acurrucó en los brazos de su primo.
Muy temprano a la mañana siguiente, el olor a café invadió la habitación de Mariana, frunció el ceño aún con los ojos cerrados y se estiró un poco antes de levantarse. Con el cabello despeinado y una cara de trasnocho bajó las escaleras hasta la planta baja y se encontró con su primo preparando el desayuno, siempre era ella quien tenía todo preparado para su primo pero los sábados él era quien le preparaba el desayuno.


-¿Acaso nunca encuentras pantalones por la mañana? –Le preguntó a su primo quien estaba en la cocina solo en calzones.

-¿Que te puedo decir? Soy Liam, soy repugnante –agregó con un tono de burla y sarcasmo. Mariana solo agitó la cabeza y rió.


Ella se sentó en la barra de la cocina y Liam le sirvió un plato con huevos y tocino acompañados de un pedazo de pan tostado, colocó otro con lo mismo para él y dos jugos de naranja, se sentó también y desayunaron juntos.


-Si no te apresuras se te hará tarde primita.

-Lo sé, casi son las 9:00AM. Voy a ducharme.

-Deberías  dejar de trabajar los sábados.

-No Liam, sabes que necesito el dinero – Se levantó bruscamente de la barra de la cocina y subió con rapidez a ducharse mientras Liam arreglaba y limpiaba la cocina. Momentáneamente sonó el timbre.

-¡Liam abre! Seguro es Chanel, viene a traer unos papeles –gritó Mariana desde el cuarto de baño.


El chico castaño secó sus manos, que estaban metidas en el fregadero, y se dirigió a la puerta, al abrirla se encontró con alguien que no era precisamente la hermana de Mariana. Él sujeto miró de pies a cabeza a Liam con disgusto, lo que hizo darse cuenta que seguía en calzones.


-¿Interrumpo algo? –Preguntó el sujeto.

-No, ¿deseabas algo? –Le cuestionó Liam con seriedad. Instantáneamente Mariana se incorporó en bata de baño a recibir a quien pensaba ella quién era, su hermana.

-¿Liam, quién era? –Se detuvo al ver que no era Chanel. –Tú, ¿Qué haces aquí?


Mariana estaba bastante sorprendida con la visita tan inesperada de Kendall, había pasado más de un mes desde la vez que lo conoció, ella pensaba que más nunca lo volvería a ver.


-Creo que mejor me largo –acotó el rubio sin más que hablar.

-¡Kendall, espera!


Intentó detener a Kendall pero su primo la detuvo a ella, haciendo que entrara al departamento nuevamente. Ella profirió en voz baja y se preguntaba a sí misma qué era lo que Kendall quería, ¿por qué la estaba buscando? Estaba por dirigirse a vestirse para ir a la librería hasta que Liam la observó con asombro.


-¿Qué sucede bobo?

-¿Tú…? ¿Lo llamaste Kendall?

-Sí.

-Espera un momento, ¿Kendall Schmidt?


Ella lo observó atónita, por un momento había olvidado que su primo conocía a ese actor y, que fue capaz de reconocerlo. Mariana asintió ante la pregunta de su primo.


-¡¿Qué?! ¿Cómo es que lo conoces? ¿Cómo sabe que vives aquí? ¡¿De qué me perdí?!


No dejó que su prima pudiera escabullirse de sus cuestionamientos,  él necesitaba las respuestas a todas esas preguntas que le formuló a su prima.


-Es largo de explicar y ya casi es hora de abrir la librería.

-¡No! Me explicas ya mismo que sucedió –le reclamó algo frustrado por saber que era lo que estaba sucediendo.

-Bien, fue a la librería a comprar un libro, no lo consiguió. Se marchó, fui a comprar un café y me tropecé de nuevo con él tumbando mi café en su camiseta. Lo hice subir, le lavé su camiseta y se la regresé, luego se marchó y no supe más de él hasta que apareció hoy aquí y no sé que demonios quería, ¿feliz?


Lo dijo lo más rápido que pudo para poder ir a terminar de arreglarse, Liam tan solo quedó boquiabierto. Para él, le parecía tan increíble lo que acababa de escuchar. Por su parte Mariana pasó el resto del día pensando porqué Kendall había ido hasta su casa.




Nota de la escritora: Por favor, si has leído éste capítulo, califícalo según tu criterio y comenta. Todos los derechos son reservados. S93N © 2012 .