06
Luego de lo que había sucedido con su primo, Mariana y Liam
se estaban llevando mejor. Incluso la chica tuvo que confesarle a su primo que
seguía frecuentando a Kendall y que le
había mentido un par de veces. Al principio Liam se molestó pero no tuvo otra
opción que confiar en su prima.
Pasó un mes y Kendall seguía en California Heights, los
rumores y escándalos habían cesado pero quería quedarse un poco más en ese
lugar. Realmente su mayor motivo era aquella chica castaña que sin querer
estaba comenzando a robarse el corazón de aquel actor fanfarrón y egocéntrico,
según lo decía la farándula, cosa que no era cierta. Mariana había descubierto
a un Kendall Schmidt que nadie conocía, era un chico muy tierno y divertido, un
chico que por las noches se colocaba anteojos para gozar de una buena lectura.
Una tarde de otoño, Kendall decidió distraerse un poco. Fue
hasta una pista de patinaje que había en la ciudad, para su sorpresa, se
encontró a Mariana. El chico pensó que era una linda coincidencia hasta que vio
a un chico castaño rodearla por la cintura y darle una vuelta mientras
patinaban. Frunció el seño y una sensación de enojo lo embargó, se dio media
vuelta y se retiró muy molesto, o simplemente estaba hasta los cabellos de
celos.
<<No
entiendo, ¿porqué no puede llegar hasta donde estaban? –Pensó
- ¿Quién es ese chico? ¿Por qué me
molesta tanto? Estúpida chica>>
La imagen de Liam abriendo la puerta del departamento de
Mariana en ropa interior se le venía a
la cabeza. Eso le hacía hervir la sangre. Tan solo al llegar a su habitación le
proporcionó un fuerte golpe a la almohada de su cama pero por desgracia,
terminó golpeándose la mano con la cabecilla de madera de la cama. Maldijo al
ver que sus nudillos comenzaban a sangrar.
Días más tarde, al
ver que Kendall no se aparecía en la librería, Mariana decidió ir a visitarlo.
Al cerrar la tienda, subió por una chaqueta y le dejó una nota a su primo,
quién salió con unos amigos a cenar. La
chica hundió sus manos en los bolsillos de la chaqueta de mangas largas y
caminó con la vista al suelo. Ya el invierno se acercaba y el frío comenzaba a
inundar las calles de California Heights.
-Hola Kendall.
Saludó Mariana con una pequeña sonrisa al joven actor, quién
se mostró sorprendido de verla y a su vez, un poco fastidiado.
-Hola, ¿qué haces aquí?
-¿Puedo pasar?
El chico asintió levemente y cerró la puerta tras al haber
pasado su amiga.
-¿Qué sucede Mariana? –Preguntó a secas, como si no le
importase lo que la chica estaba haciendo allí.
-Sólo quería verte.
Comentó con un toque de inocencia y dulzura. Kendall
internamente estaba tan contento de escucharla decir eso pero se mostraba serio
y antipático por fuera. Intentaba no demostrarle nada a ella.
-Ah. –Bufó.
-Kendall, ¿qué te sucede?
-Nada.
-¿Nada? Apenas y me diriges la palabra, ¿te molesta que haya
venido? – Él se mantuvo en silencio. -¡Respóndeme!
-¿Quién es él?
-¿Ah?
La chica estaba totalmente confundida, no entendía a lo que
se estaba refiriendo su amigo.
-Kendall, no te entiendo.
-¿Quién es él, quién es? –Preguntó con desespero.
-¿Quién es quién?
-¡El chico! El que salió desnudo ese día a abrir la puerta de
tu departamento, el chico ese que siempre mencionas, con el que estabas aquel día
en la pista de patinaje, ¡¿quién es?!
-¿Te refieres a Liam?
-Si, ese. Como se llame. –Murmuró. La chica sólo empezó a
reír. -¿Qué, ahora te ríes? Claro, te burlas de mí.
-Kendall, Liam es mi primo.
-¿Ah? –Abrió sus ojos como platos.
-Si, es mi primo. Vivimos juntos desde hace muchos años
atrás.
Kendall sintió un ardor muy fuerte en sus mejillas, estaba
totalmente sonrojado, le había montado un escándalo a Mariana, o mejor dicho,
le hizo una escena de celos.
-Oh, discúlpame, de verdad.
Dijo apenado y la chica volvió a reír. Se sentó a su lado y
suspiró.
-Oh, Kendall Schmidt, ¿me estás siguiendo? ¿Cómo supiste que
estaba en la pista de patinaje el otro día, me estás espiando?
-No, fue solo casualidad.
-¿Y porqué no fuiste a saludar? – El chico frunció el ceño –Espera,
no me digas que te fuiste molesto, ¿cierto?
-No, bueno un poco. ¿Por qué no me dijiste que era tu primo?
-Nunca me diste la oportunidad de presentártelo. Siempre te
ibas furioso cuando me encontrabas con Liam. ¿Por qué?
-¿Quieres saber la verdad? – La chica asintió – Cada vez que
te veía con él me ponía celoso.
Mariana sintió un extraño cosquilleo en todo su cuerpo al
escuchar lo que Kendall le había dicho. ¿Celoso, porqué?
Pronto continúo con la parte 2 (: xx.
Nota de la escritora: Por favor, si has leído éste capítulo, califícalo según tu criterio y comenta. Todos los derechos son reservados. S93N © 2012 .
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