09
Pasaron varios meses, meses en
que Mariana recibía cartas desde Los Ángeles de aquel chico que la dejó devastada.
Kendall esperó alguna carta en respuesta de ella por casi todo un año, el
tiempo que le tomó grabar la película.
Cada vez que llegaba a su casa
de los estudios de grabación, se acostaba pensando en Mariana, a pesar de que
conoció muchas chicas, no le interesó relacionarse con nadie más. De hecho, muy
en el fondo, estaba arrepentido de haberse ido de California Heights, de ese
lugar que lo acogió en uno de sus peores momentos en su carrera.
-¿A dónde te fuiste todo ese
tiempo que explotó ese chisme sobre un posible abuso? ¡Kendall! –Preguntó un
reportero en la rueda de prensa que estaba ofreciendo.
-Disculpe, esto no es parte de
la conferencia de prensa –resopló uno de los representantes de la película.
-No, está bien, responderé –Acotó
el rubio -¿Quieren saber dónde estuve? Se los diré. Estuve en un hermoso lugar
que me alejó de todos los reporteros que juegan con la vida personal de
nosotros los famosos, que invaden nuestra privacidad y que no les importa un
comino en cómo podrían afectar sus
falsedades en nuestras carreras y nuestras vidas. Un hermoso lugar dónde se puede vivir plenamente.
-¿Entonces por qué te viniste? –Preguntó
otro.
-Porque quería encarar a las
alimañas que inventaron todo eso de mí hace tanto tiempo y demostrarles que no
destruyeron mi carrera. Que aquí estoy, promocionando mi película.
-¡Pero destruiste un corazón
inocente! –exclamó alguien desde el fondo -¡Cínico!
Kendall se levantó de su lugar
buscando rápidamente con la vista a esa voz que le acusó. Abrió sus ojos como
platos al ver a Liam frente a él.
Todos los reporteros voltearon
su vista hasta Liam al ver cómo miraba el rubio al primo de Mariana. Le tomaron
fotografías al momento, aprovechando para sacar noticia fresca de eso que había
dicho Liam sobre el actor.
Liam estaba en la ciudad por cuestiones de trabajo, vio un anuncio de la rueda de prensa privada e hizo lo posible para escabullirse y entrar al lugar. Él era una persona muy correcta y centrada, sobre todo, enfrentaba los problemas con madurez pero cuando tenía que ver con Mariana se molestaba y sacaba las garras para defender a su prima. El castaño quería decirle a Kendall que era un insensible, un imbécil por irse sin decir nada y por hacer sufrir a su prima.
-¿Por qué dices eso?
-¿Qué sucedió en ese lugar?
-¿De quién hablas?
Esas preguntas y más cayeron
sobre Liam, los reporteros estaban deseosos de saber a qué se refería el chico,
de saber porqué llamó a Kendall un cínico.
Unas personas que representaban
a Kendall intentaron calmar la situación, mandaron a todos a controlarse y a
dejar de fotografiar a cada instante lo que estaba sucediendo. Hasta guardias
de seguridad tuvieron que intervenir. Cuando por fin todos se pudieron sentar,
Liam y Kendall seguían de pie, mirándose frente a frente y ninguno sin hablar.
Liam estaba dispuesto a partirle la cara a Kendall pero su único acto fue darse
media vuelta y marcharse.
Kendall intentó detenerlo pero
sus representantes no lo dejaron, debía continuar con su conferencia de prensa.
Suspiró y tomó un poco de aire para despejar su mente con lo que había sucedido
recientemente pero sin dudas sintió una fuerte punzada al ver como la única
oportunidad de volver a hablar con Mariana se alejaba. Sin embargo, lo único
que hubiera conseguido sería la cara llena de golpes.
«Maldito infeliz,
debí haberlo matado ahí mismo, frente a todos».
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