07
Fue inevitable no despertar con una sonrisa al abrir los
ojos, miró al techo y suspiró. Kendall no dejaba de pensar en Mariana. Se
levantó de la cama y se dio una ducha. Se colocó ropa cómoda y salió a dar un
paseo matutino por la localidad.
Oh, cómo le encantó besar esos labios color rosa de esa
chica, cómo le encantó oler su perfume en un abrazo fundido. Cómo le gustaba
Mariana. No dejaba de pensar en lo que estaba sintiendo, era algo que no había
sentido por una chica, un amor real, lleno de sinceridad.
El timbre repentino del celular de Kendall le despejó sus
pensamientos con rapidez. Respondió la llamada de un número que desconocía.
-¿Aló?
-Kendall, ¡hasta que te consigo! ¿Dónde estás metido
muchacho?
-¿Guy, eres tú?
<<Guy Magch, el
sujeto que representaba a Kendall en su trabajo de actuación. >>
-¡Claro que sí muchacho! Tengo semanas tratando de
contactarte pero es como si la tierra te hubiera tragado.
-Si bueno, necesitaba respirar de tanta insensatez y chisme.
-Oh muchacho, debes superar todo eso, debes regresar a Los
Ángeles ahora mismo.
-No lo sé Guy, me siento satisfecho aquí donde estoy.
-¿Dónde estás?
-En un lugar especial.
-¿No me dirás?
-Si lo hago vendrás a buscarme, no quiero que descubras mi
lugar favorito.
-Esta bien, eso no importa, hay algo que sí te va a
importar.
-Te escucho, pero nada de lo que digas me convencerá de
regresar. No por un largo tiempo.
-No lo creo muchacho, ya verás que tengo razón.
-Ve al grano Guy, tengo prisa.
-Muy bien, ¿recuerdas la película de Spielberg?
-Si, la que gracias a los chismes e inventos no haré.
-No, la que Steven me llamó ayer y me dijo que sin ti no
haría película –dijo en tono de felicidad.
Kendall se detuvo instantáneamente -¡¿Qué?!
-Si Kendall, Spielberg te quiere de nuevo en la película. Te
manda a pedir disculpas por haberte botado tan de repente y por creer en ese
asunto del abuso a la desconocida esa.
-Pero, ¿cómo? No entiendo.
-Mientras estuviste ausente luché para aclarar ese falso
rumor, todo sigue como antes lo estaba.
-¡Oh Dios, gracias Guy!
-¿Quién es el mejor representante?
-Tú Guy –dijo Kendall sonriendo.
-¡Si, lo soy! Ahora regresa tu trasero hoy mismo a Los
Ángeles, comienzas a filmar mañana mismo la película.
-¡Ya mismo!
El chico colgó la llamada y se regresó al hotel irradiando
felicidad, de repente un fuerte dolor en el estómago hizo que se retorciera,
ese dolor era Mariana. ¡Oh Dios, Mariana!
Sus pensamientos no dejaban a Kendall en paz, tan bien que
se sentía en California Heights, esa localidad que le transmitía tanta tranquilidad,
se sentía acogido. Lo más importante, Mariana. No sabía qué hacer, por una
parte estaba muy contento porque todo en su vida artística retomó camino y
regresaría en grande con una película de Spielberg pero por otro lado… estaba
el amor que le tenía a Mariana Donovan. Pero luego de pensar una vez más
decidió hacer lo que era correcto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario